Somos una empresa familiar dedicada a las labores manuales. El Centro Artesanal Mamá Ascensión se dedica especialmente a elaborar artesanías con utilidad bajo la técnica del "macrame", aunque también se ofrecen productos con otras aplicaciones.
La palabra macramé significa “nudo”. Es el arte de atar y trenzar hilos, es una palabra de origen Árabe, introducida a Europa en el siglo XVI. El arte fue divulgado y practicado por varios pueblos europeos especialmente en el mediterráneo. Esta actividad creativa se usaba para elaborar mantones, bolsos, vestidos, biombos, cortinas y tapices[1].
Sin
embargo desde la edad de piedra los hombres tuvieron que preparar sus
rudimentarias artes de pesca, sus cestos para recolección de frutos y raíces o
las bolsas de caza, anudando materiales como el mimbre y todo tipo de fibras vegetales y correas de cuero. Así que se puede
afirmar que los primeros trabajos anudados son tan antiguos como las
habilidades manuales del hombre.
Hacia
la mitad del siglo XIX en pleno periodo victoriano[2], el macramé vivió su
momento álgido de elegancia y se ganó la aceptación de la sociedad hasta tal
punto que entró en los salones sobrecargados de la época y palacios de las
principales cortes europeas. Experimentaba un momento de gran auge con la moda
en la decoración de interiores, donde predominaban los flecos, orillos, las
borlas, pasamanería en general y los cortinados.
La
provincia de Vélez, se caracteriza por las manifestaciones de folclor presentes
en las ferias y fiestas de cada pueblo que la compone, además se convierte en la cuna
principal del canto de la guabina. Es tradición mantener un traje típico
campesino donde se conjuga el bordado, la puesta de pepas y lentejuelas, y por
supuesto las terminaciones de "macramé".
Desde el hogar y el colegio en épocas pasadas, las manualidades jugaban
un papel preponderante en las costumbres de esta zona: bordar, poner botones, técnicas
de cadeneta, tejido, crochet, macramé entre otros, eran herencias ancestrales
en su mayoría transmitidas de madre a hija, que de cierta
manera se han ido perdiendo o han quedado en manos de algunas familias.
Con la
producción masiva mediante el uso de máquinas para elaborar tejidos, las técnicas manuales han desaparecido, hecho que causa que un producto realizado con las manos se vea con gran admiración, sobretodo en los
países llamados “industrializados”. No es de negar el mercado artesanal tiene
gran acogida en el exterior.
Para
Colombia el mercado artesanal se reduce al turista que va de paseo, y a
aquellos que desean adquirir lo que podría considerarse una obra de arte única
y casi irrepetible.
Para
Santander y sobretodo en la región, el arte del “macramé”, tan primitivo y
básico, ha quedado en los anaqueles del hogar. Con el Centro Artesanal Mamá Ascensión se ofrecen estos productos en líneas de bisutería, accesorios, vestuario, casa-hogar, entre otras.
Los
productos tienen una vitrina de mercado nacional e internacional a través de la Internet. La
imagen corporativa de Mamá Ascensión y sus trabajadores, impregnan una labor manual e irremplazable, que brinda a su
portador, el calor de hogar que las abuelas producían con sus tejidos.
[1] GARCÍA, Héctor Fabio. Macramé, nudos básicos No 2. Quili Editores. Bogotá.
[2] Revista “Manos maravillosas. Ideas para macramé”, Madrid, 1997. En: www.decogart.com
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